Estoy seguro de que todos los que
tienen una edad, aunque tampoco tanta, recordarán las botellas de La Casera. En
un principio era sólo la que llamábamos “casera blanca”, que era una especie de
sifón que se utilizaba para echar en el vino tinto, o en el valdepeñas, que
también se llamaba entonces.
De estas gaseosas había muchas en
los pueblos, en Sanlúcar por ejemplo recuerdo La Preferida y La Juncal, y todas
ellas solían tener el mismo formato de envasado.
Ahora nos llamará la atención el tapón
metálico y cerámico que tenía, así como la caperuza de papel del tapón, que
servía para demostrar que no había sido abierta.
Publicidad de La Casera del año 1958 |
Ahora, todavía se encuentran en
algunas tiendas botellas de este tipo, pero para utilizarla como decoración.
¿Cuándo nace La Casera?
La sociedad que habría de
elaborar el refresco más representativo desde los años cincuenta nace el año
1949 en un local de Madrid.
Comienza su comercialización unos
meses más tarde, sólo La Casera llamada blanca, es decir sin ningún sabor, pero
unos años más tarde causaría furor las que tenían el sabor a naranja, limón o
las de cola. No había casa donde no se tomase.
Algo curioso de la época era que
cuando comprabas un refresco debías pagar también el casco, la botella, que
después te devolvían si la llevabas o la guardabas en casa para llevarla cuando
comprabas otro refresco, que entonces eran de cristal.
Una idea que me parece excelente
para evitar que el mundo termine siendo un verdadero vertedero de plásticos, botellas
y cristales. A lo mejor era una buena idea que fuesen los comercios los que
administrasen el reciclaje.
En estos momentos continúa comercializándose
La Casera, sobre todo la llamada blanca, la de naranja y la de limón, aunque
parece que la de cola ha perdido fuelle, en cambio comercializa el Tinto de Verano.
La empresa, ya desde el año desde
2009, es propiedad del grupo japonés Suntory.
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